Una vez has preparado tu cuerpo por dentro, toca hacerlo por fuera. Lo primero es exfoliar tu cuerpo en profundidad con el objetivo de eliminar esos restos de células epiteliales muertas que provocan un tono más opaco y con menos brillo. Te ayudará a alcanzar un lienzo uniforme que resultará muy favorable para que el bronceado tenga un resultado mucho más natural. Antes de tomar el sol por primera vez, exfolia tu piel unos días antes y así lograrás un bronceado más rápido y por igual. ¡Revitaliza tu piel!