Si bien preguntarle a alguien qué tal está o si su salud es buena (sobre todo si eres consciente de que ha tenido un problema) es un acto de cortesía, empezar a relatar todos los problemas que ha tenido alguien roza la falta de educación. Evita hablar en la mesa de operaciones o visitas médicas y reserva ese tipo de conversaciones para un ámbito más íntimo. No provocarás una discusión, pero más de uno se sentirá incómodo al conocer ciertos detalles que no quiere saber.