Es la figura clásica en Italia. Es una bruja buena, de aspecto sonriente y afable, que se encarga de repartir regalos y dulces, a los niños buenos, y carbón a los malos. Su historia se relaciona con la de los reyes magos de Oriente, ya que, según cuenta la leyenda, ella y sus tres majestades se cruzaron en el camino cuando éstos, perdidos en su búsqueda del portal de Belén, le pidieron ayuda. Ella no accedió, pero luego se arrepintió y, para enmendarlo, se dedicó a repartir felicidad allá por donde iba. Curiosa y bonita historia la de la Bruja Befana.