El 1 de septiembre se produjo un temblor de 7.8 en la escala de Richter en la región de Kanto (Japón), siendo una tragedia que fue peor aún, porque se registraron hasta 88 incendios esparcidos debido a un tifón en la península de Noto. Dicha catástrofe dejó diversas tormentas de fuego y más de 30 000 fallecidos.